El proceso
Creo en los materiales básicos y en el modo de trabajarlos de forma directa. En ellos reside algo definitivamente verdadero y esencial.
El bronce y los colores que nacen de los óxidos que el fuego fija sobre él, las texturas que se generan y la posibilidad de “pintar” sobre su superficie mediante las pátinas, me entregan toda la gama de recursos expresivos que necesito.
Me encontré con la técnica de fundición a la cera perdida hace más de dos décadas en África y desde allá, en un camino de vuelta al origen, ésta se incorporó a mi trabajo.
De la misma forma en que, siglos atrás, curiosamente de forma paralela y simultanea, esta técnica fuera utilizada por sumerios, indios, chinos e incas, hoy en día el trabajo de algunos escultores, y entre ellos el mío propio, siguen estando basados en la misma técnica de producción.